sábado, 30 de noviembre de 2013

Este mes descubrí una meta diferente a las 50.000 palabras



Para NaNoWriMo 2013 me había propuesto sí o sí alcanzar las 50.000 palabras en un mes, pero nada más comenzar noviembre, me di cuenta que tenía una meta, un objetivo, que era aún más importante para mí que las 50.000 palabras.

Empecé a escribir poemas e historias nada más aprendí a leer y a escribir. En varias carpetas de mi PC y en varios cuadernos y hojas sueltas tengo un montón de historias en diferentes estados de progreso. Los relatos cortos y los poemas en su mayoría están terminados; pero las historias largas están aún sin concluir. Todas ellas.

Este noviembre me di cuenta que para mí era más importante terminar una historia completa que alcanzar las 50.000 palabras en un mes.

En un inicio estas metas no parecen tan dispares. E incluso se podría pensar que son compatibles y tal vez lo serían si antes de noviembre hubiera logrado establecer las bases que necesito para terminar la novela en la que trabajo actualmente; sin embargo no lo hice, y por eso durante este mes, en vez de escribir, he dedicado la mayor parte del tiempo a sentar las bases de la historia.

No quiero escribir palabras solo porque sí. No quiero alcanzar la meta de 50.000 palabras si, cuando las lea, me he de dar cuenta que debo desechar la mayor parte de ellas porque no aportan nada a la historia o porque no tienen sentido.

Quiero una historia completa. Una historia que tenga coherencia y sentido.

Sé que el primer borrador completo es un paso, y que después tendrá que pasar por rondas de revisiones y modificaciones. Pero quiero que ese primer borrador sea lo suficientemente sólido como para poder trabajar con él. Quiero que sea una base en la que apoyarme, y no sólo otro papel arrugado en el bote de basura.

A eso he dedicado este mes, a establecer una base sólida en la que pueda cimentar mi historia. Hoy es el último día de noviembre y sé que no alcanzaré las 50.000 palabras de NaNoWriMo, pero no me arrepiento de la decisión que tomé. Me siento satisfecha con lo que he logrado durante este mes y siento que estoy más cerca que nunca de terminar mi primera novela.

Agradezco a NaNoWriMo por haberme dado el impulso que necesitaba para hacer lo que he hecho durante este mes. Creo que la falta de bases sólidas es un factor clave que me ha impedido terminar una novela hasta ahora. Establecer las bases de una historia es un trabajo arduo, que consume mucho tiempo, pero que al mismo tiempo resulta inmensamente gratificante.

Y no hablo del outline. Sé que tiendo más a ser escritora brújula que mapa en cuanto a escribir la historia como tal se refiere. No tengo planeado al detalle todo lo que va a pasar ni cada una de las secuencias de sucesos (tengo ideas al respecto y un listado de puntos clave, pero nada más). Sin embargo, ahora conozco mejor a mis personajes y cómo funciona el mundo en el que viven y en el que se desarrolla la historia. Y ahora sé, que esas son las bases que necesito para por fin lograr terminar una novela.

martes, 5 de noviembre de 2013

Acerca del "World Building" (Construcción de Mundo) y la preparación de una novela



En los últimos meses he estado experimentando mucho con mi escritura. Estoy buscando mi propio camino como escritora.

A la largo de este año he probado diversos métodos de escritura. Desde el método “Copo de nieve” (del que hablé un poco en una entrada anterior); pasando por uno en el que cada día tenía que responder una serie de preguntas acerca de mi historia, mundo y personajes (sin poder empezar a escribir la historia como tal hasta como dos o tres meses después de esta rutina diaria de preguntas y respuestas); hasta llegar al método con el que empecé a escribir mi actual novela (UVELT) y que básicamente consistió en tener clara una idea base y comenzar a escribir enseguida sin preparar nada más de antemano.

Cada método que he probado me ha enseñado algo, tanto del oficio del escritor en general, como de mis particularidades como escritora.

En inglés hay dos términos para dos tipos de escritores opuestos en su abordaje del proceso de escritura: Los “pantsters” (muchas veces llamados en español “escritores brújula”, aquellos que principalmente improvisan sobre la marcha) y los “plotters” (conocidos en español como “escritores mapa”, aquellos que antes de comenzar a escribir lo planean todo al detalle).



Me he dado cuenta que yo tiendo a ser más “pantster” que “plotter”: soy demasiado impaciente para esperar a tenerlo todo planeado al detalle, pero aún así necesito un mínimo de estructura y preparación para no quedarme estancada cada dos por tres al momento de escribir. Por eso, he estado buscando un método que se adecúe a mí: un método que me ofrezca la preparación justa para poder sentarme a escribir sin tener que detenerme a cada rato a pensar en la historia para no caer en grandes contradicciones o para poder escribir la siguiente escena del libro; pero que al mismo tiempo me dé espacio suficiente para la improvisación y el descubrimiento mientras voy escribiendo.

En la búsqueda de dicho método he encontrado propuestas muy interesantes, como la que la autora Rachel Aaron comparte en su blog (How I Plot a Novel in Five Steps --> Cómo planeo una novela en cinco pasos) y un artículo publicado por Victoria Strauss que se titula “An Impatient Writer's Approach to World Building” (Acercamiento de un escritor impaciente a la “Construcción de mundo”).

Básicamente me he dado cuenta que lo que necesito es un marco general. Y que los detalles los puedo ir descubriendo por el camino mientras escribo. Pero hablar de un marco “general” resulta demasiado vago. ¿Qué se considera un marco general? ¿Qué elementos mínimos debería tener?