lunes, 7 de septiembre de 2015

Reflexión: ¿Contar o mostrar?


Un consejo que se escucha muy a menudo en el campo de la escritura creativa es muestra, no cuentes y aunque tiene su razón de ser, considero que en vez de solucionar un problema habitual, puede en realidad estar cambiándolo por otro.

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Al escribir una novela nos encontramos con dos partes fundamentales: las escenas y las transiciones. Las escenas se centran en mostrar la acción, en representar “en tiempo real” los acontecimientos de la historia para generar en el lector una experiencia vívida. Por su parte, las transiciones se centran en crear un puente entre una escena y la siguiente, y esto lo hacen contando y resumiendo.

Lamentablemente, lo que más veo es que se la da protagonismo a las escenas, pero se deja de lado la importancia de las transiciones que son el pegamento que une las escenas y les da continuidad.

Las transiciones pueden ser cortas (una sola oración o frase) o largas (varios párrafos) y además de servirnos como puente entre una escena y otra nos pueden ayudar a controlar el ritmo de la narración.

Imagínense una historia de unos marineros que van en busca de un tesoro perdido, teniendo como única guía un mapa incompleto. Supongamos que durante los dos primeros meses de travesía no ocurre nada relevante hasta que un día finalmente dan con una roca en forma de estrella que es la misma que aparece en su mapa. ¡Por fin están cerca del tesoro!

Ahora imagínense una novela en la que se escenifican los dos meses en los que no ocurre nada que avance la trama y, finalmente, en la página 150 del libro, encuentran la roca con forma de estrella. ¿No les resultaría aburrido leer un montón de escenas que no avanzan realmente la historia que se está contando? ¿No sería mejor narrar brevemente esos dos meses y pasar de inmediato a la escena donde la trama avanza gracias al descubrimiento de la roca con forma de estrella? ¿Qué resultaría más interesante para el lector?

Para mí la respuesta es clara. Yo prefiero leer algo como lo siguiente: “Los primeros dos meses de búsqueda fueron infructuosos y los llevaron a replantearse su decisión: « ¿No estarían desperdiciando su tiempo? ¿Valía la pena continuar con la búsqueda de un tesoro que bien podría no existir?» Pero justo cuando estaban a punto de darse por vencidos, algo cambió: (y aquí vendría la escena que muestra cómo encuentran la roca con forma de estrella y sus reacciones ante esto)”.

Lo que quiero dar a entender con esto es que a veces es mejor contar que mostrar. Para mí no hay que seguir a ciegas el consejo de “muestra, no cuentes”, sino aprender cuándo se debe mostrar y cuándo se debe contar. Las cosas más emocionantes, las que avanzan la trama o que nos permiten empatizar con los personajes u odiarlos se deben mostrar; pero las cosas que son necesarias para que la historia guarde coherencia y que no aportan nada relevante a la trama ni muestran el carácter de los personajes o el conflicto entre ellos, se deben resumir, contar y no mostrar.

¿Ustedes qué piensan al respecto? ¿Cómo usan las transiciones entre escenas? ¿Tienen un buen balance entre contar y mostrar? ¿O se inclinan más hacia un lado o hacia el otro?

¡Nos estamos leyendo!

(o^_^o)/

4 comentarios:

  1. En el caso del ejemplo, yo creo que ambas formas son válidas. Puedes hacerlo como lo has hecho tú, o puedes ignorar esos dos meses y comenzar el capítulo con el encuentro con la roca, metiendo luego alguna referencia al tiempo que ha pasado, con marineros exclamando que por fin había valido la espera y esas cosas. ¿O también contaría como contar?
    Aunque ciertamente, es más usual (y seguramente mejor) hacer esos dos meses contando.

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    1. A decir verdad, la forma en que escribí el ejemplo fue la primera que se me vino a la mente, pero en relidad hay muchas formas para contar. Lo que tu dices es otra opción en la que también se cuenta, solo que dentro de una escena y no en el intermedio entre una escena y otra. En la misma línea de lo que sugieres, se me ocurre una escena en que los dos marineros discuten porque uno quiere abandonar la búsqueda y el otro quiere seguir intentándolo un tiempo más. En esa escena se podría dar la información de lo que pasó antes (tal vez en un diálogo como, por ejemplo: "¡Hemos perdido dos meses ya! ¿Quieres pasarte toda la vida así?" "¡Claro que no!, pero estamos cerca. Lo sé. Lo siento" "Eso dijiste la semana pasada, y la anterior a esa, y la anterior. Llevas diciéndolo desde que empezamos esta locura y aún no hemos encontrado nada que valga la pena." etc.). Así escenificas el conflicto entre los dos marineros y los desarrollas como personajes y a la vez aprovechas esa escenificación para contar rápidamente lo que pasó durante los dos meses anteriores.

      En realidad, las transiciones son las formas más evidentes de contar, pero dentro de las escenas también se puede contar de una forma más sutil. Pienso que el que elijas una forma u otra de dar la información dependerá de varios factores (como el ritmo de la narración, la estructura interna, la extensión de la historia, etc.).

      Con lo que no estoy de acuerdo, y es lo que intenté transmitir en esta entrada, es con escenificar cosas que quedan mejor resumiéndolas. Una cosa es aprovechar una escena para contar lo que pasó en esos dos meses. Y otra muy distinta es escenificar esos dos meses (lo cual equivaldría a muchas páginas innecesarias). Y es que me ha pasado en la lectura de varias novelas, que gastan muchas páginas escenificando cosas que podrían contar en un párrafo o dos y yo tiendo a desesperarme con eso porque siento que estoy desperdiciando mi tiempo, pues la trama no avanza, ni se profundiza en los personajes, ni sucede nada medianamente interesante.

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    2. Cuando oigo lo de "avance de la trama" tengo sentimientos encontrados. Por un lado no me gusta leer dos meses de un viaje tranquilo por el mar, por supuesto; por otro lado, a veces la cosa siga adelante para peor. Hay mucha gente que denigra la segunda tanda de episodios de la segunda temporada de Lost porque es relleno excepto los 4 o 5 últimos episodios. En cambio, es mi parte favorita de la serie, porque veo a los personajes actuar dentro de su forma de ser y no como comparsas de la trama. Curiosamente, es en esos 4 o 5 últimos episodios de la segunda temporada, cuando la historia se mueve hacia delante, cuando Lost pierde su magia para mí.

      Es decir, comprendo lo que quieres decir y no digo que yo piense lo contrario (en referencia a tu contestación, sobre el post pensamos de forma similar), pero a veces me obceco en buscar otra vía.

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    3. Para mí, las mejores historias son las que consiguen algo difícil de lograr: equilibrar trama y personajes para que ambos se desarrollen en conjunto en vez de por separado.

      Hay personas que al inclinarse más por la trama olvidan las características propias de los personajes que los hacen únicos e interesantes y los tratan como marionetas. Mientras otras, se inclinan más por los personajes y dejan de lado la trama, con lo cual terminan no contando realmente ninguna historia sino más bien un conjunto de anécdotas inconexas. Pienso que un autor debe, en lo posible, buscar generar una sinergia entre los personajes y la trama, en donde ambas cosas se complementen y avancen en conjunto. Considero que eso le da más riqueza a la narración.

      Pienso que se pueden escribir escenas en las que se profundice en los personajes, aunque no se avance en la trama, y que el lector (o el televidente, según la experiencia que comentas) las puede disfrutar mucho si los personajes resultan de su interés y logra conectar con ellos. Sin embargo, considero que lo ideal es que trama y personajes vayan de la mano: que a través del desarrollo de la trama se profundice en los personajes, y que a través de los personajes avance la trama.

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